En mi experiencia como formador en desarrollo personal (y también como practicante, ya que nunca he enseñado algo que no haya practicado extensamente en mí mismo) me he dado cuenta de que el reto fundamental en este campo (el mismo, por otro lado, que en cualquier programa de educación para la salud) una vez que se han identificado las técnicas más eficaces, es conseguir que las personas practiquen a diario. Y unas veces no lo hacen porque la técnica es compleja y cuesta aprenderla, otras porque la exigencia de la práctica es alta, en ocasiones porque uno no sabe si lo está haciendo bien o mal y se desanima demasiado pronto… Mi impresión es que en el HMI se han sabido superar estas dificultades: son técnicas decididamente sencillas, cientificamente validadas, permiten una práctica flexible y dinámica, y gracias a los dispositivos emWave e Inner Balance, por un lado sabemos en cada momento lo que estamos haciendo y los efectos que causamos sobre nuestra fisiología, y por otro la práctica se hace realmente amena y auto-motivadora, engancha y divierte.

Estamos ante un sistema novedoso y esencial, que contribuirá marcadamente a cambiar nuestra percepción del cuidado de la salud y el desarrollo del bienestar como algo tedioso, complejo y confuso por algo que más bien entretiene, sorprende y convence.